Diseño centrado en el ser humano: Perspectiva de Erving Goffman
Diseño centrado en el ser humano
El diseño centrado en el ser humano se basa en la idea de que la arquitectura debe priorizar las necesidades, comportamientos y emociones de las personas que utilizarán y habitarán los espacios que creamos. Este enfoque pone a las personas en el centro del proceso de diseño y busca comprender cómo interactúan con su entorno construido. La teoría de Erving Goffman sobre la interacción social y el “teatro de la vida cotidiana” puede proporcionar una base sólida para este enfoque. Esta teoría, también es conocida como teoría de dramaturgia, se basa en la metáfora del teatro para explicar las interacciones sociales y la construcción de la identidad en la vida cotidiana.
La teoría de dramaturgia y el teatro de la vida cotidiana
Goffman argumenta que la vida social es como una obra teatral en la que las personas desempeñan diferentes roles en diferentes situaciones y contextos. Cada individuo es un actor que interpreta varios personajes a lo largo de su vida, dependiendo de las expectativas y normas sociales que rigen cada situación. En este sentido, los espacios arquitectónicos pueden verse como “escenarios” en los que se desarrollan estas interacciones y performances sociales. Al aplicar la teoría de Goffman al diseño arquitectónico, como arquitectos podemos enfocarnos en crear espacios que faciliten y enriquezcan las interacciones sociales, permitiendo a las personas desempeñar sus roles de forma efectiva y cómoda.
Interacciones sociales en el «frente» y el «trasfondo»
En este marco teórico, las interacciones sociales se dividen en dos niveles: el “frente” y el “trasfondo”. El frente es el lugar donde se lleva a cabo la performance social, es decir, la interacción pública entre los actores. Aquí, las personas se comportan de acuerdo con las normas y expectativas sociales, mostrando una “fachada” o “máscara” que proyecta una imagen específica de si mismos ante los demás. El trasfondo, por otro lado, es el espacio privado donde los actores pueden dejar de interpretar sus roles y ser ellos mismos, revelando sus pensamientos, emociones y deseos más íntimos.
La importancia de mantener la «fachada» en la interacción social
Goffman sostiene que la interacción social es un proceso continuo de negociación y ajuste de actores, quienes buscan mantener la “fachada” adecuada y evitar la “desacreditación”, es decir, situaciones en las que su imagen o identidad se vea amenazada o comprometida. Para lograr esto, los individuos emplean diferentes estrategias, como la “definición de la situación”, que implica establecer las normas y expectativas que guiarán la interacción, y la “impression management”, que se refiere a las tácticas que utilizan para controlar y manipular la impresión que proyectan ante los demás.
Relevancia de la teoría de Goffman en el diseño centrado en el ser humano
La teoría del “teatro de la vida cotidiana” de Goffman es especialmente relevante para el diseño arquitectónico centrado en el ser humano, ya que proporciona una comprensión profunda de las dinámicas sociales y las interacciones humanas en diferentes contextos y situaciones. Al aplicar esta teoría al diseño arquitectónico, como arquitectos podemos crear espacios que faciliten y enriquezcan las performances sociales, permitiendo a las personas desempeñar sus roles de manera efectiva y cómoda, y adaptarse a las diferentes situaciones y contextos que enfrentan en su vida cotidiana.
Estrategias para aplicar el enfoque centrado en el ser humano en la arquitectura
Algunas estrategias para aplicar en el diseño sentado en el ser humano en la arquitectura de acuerdo al pensamiento manifestado por Goffman pueden ser los siguientes.
- Investigación y observación: Estudiar y analizar cómo las personas utilizan los espacios y cómo se comportan en diferentes contextos. Esto puede realizarse a través de la observación directa, entrevistas, encuestas o talleres con los usuarios.
- Flexibilidad y adaptabilidad: Diseñar espacios que puedan adaptarse a diferentes necesidades y usos a lo largo del tiempo, permitiendo a las personas personalizar y apropiarse de su entorno construido.
- Diseño emocional: Tener en cuenta cómo los aspectos estéticos, materiales y espaciales del diseño pueden afectar las emociones y el bienestar de las personas, y buscar crear ambientes que promuevan experiencias positivas y placenteras.
- Diseño para la diversidad: Considerar diferencias entre las personas en términos de género, edad, habilidades, cultura y necesidades especiales, y garantizar que el diseño sea inclusivo y accesible para todos.
- Conexión con la naturaleza: Integrar elementos naturales en el diseño arquitectónico, como jardines, terrazas verdes, fuentes de agua, etc… para fomentar el contacto con la naturaleza y mejorar la calidad de vida de los usuarios.
Conclusión: La importancia del enfoque centrado en el ser humano en la arquitectura
El diseño centrado en el ser humano en la arquitectura busca crear espacios que respondan y se adapten a las necesidades y deseos de las personas, en lugar de imponer soluciones preconcebidas o estandarizadas. Al aplicar teorías sociológicas, como la de Goffman, cómo arquitectos podemos obtener una mayor comprensión de las dinámicas sociales y las interacciones humanas, y utilizar este conocimiento para diseñar entornos construidos más humanos, inclusivos y emocionalmente resonantes.
Referencias
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